jueves, 10 de marzo de 2011

Una 'semilla' de la vida llegó del espacio

Un estudio revela que los meteoritos trajeron amonio. La gran mayoría de lo que respira cualquier terrícola en cada bocanada de aire no es oxígeno, sino nitrógeno, un gas estable e inerte que expulsamos tal cual lo aspiramos. Rastrear su pasado, como el de otros ladrillos bioquímicos, es seguir las huellas del origen de la vida.

La gran mayoría de lo que respira cualquier terrícola en cada bocanada de aire no es oxígeno, sino nitrógeno, un gas estable e inerte que expulsamos tal cual lo aspiramos. Lejos de ser un simple relleno, el nitrógeno es un componente fundamental de las proteínas y de los ácidos nucleicos como el ADN; es decir, de la biología. Rastrear su pasado, como el de otros ladrillos bioquímicos, es seguir las huellas del origen de la vida.

Este ha sido el objeto de un estudio de la Universidad de Arizona que publica PNAS.Han establecido ha, de forma más propia, qué influencia tuvo la llegada de objetos espaciales en la aparición de vida en la Tierra, una teoría conocida como panspermia y sostenida hoy por una gran parte de la comunidad científica.

El nitrógeno en forma reactiva fue esencial para el origen de la vida.

Bombardeo cósmico
Pizzarello y sus colaboradores estudian rocas extraterrestres halladas en la Tierra y que pueden conservar un retrato químicamente aproximado a su origen. Los científicos analizaron un meteorito hallado en la Antártida en 1824. Al someter una pizca de polvo a agua a alta presión y a 300ºC, la arenilla alienígena liberó gran cantidad de amonio, un compuesto reactivo del nitrógeno.

La importancia del hallazgo
es que no basta con tener nitrógeno, sino que debe estar en la forma adecuada para ensamblarse a otros ladrillos químicos. Y Pizzarello lo ha encontrado en esa antigua roca espacial.


Fuente: Público.es





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