La noticia, publicada ayer por La Voz de Galicia, está recorriendo internet como la pólvora. Su protagonista es una mujer. Se llama Ángeles Durán, nació en Vigo, vive en Salvaterra de Miño (Pontevedra) y acaba de declararse a sí misma, ante notario, como la legítima y única propietaria del Sol.
Tras su sorpresa inicial y unas apresuradas consultas a su colegio profesional, el notario no tuvo más remedio que dar fe de la estrambótica declaración, recogida en el acta de manifestaciones: "Soy propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros...".
Un americano, el dueño de la Luna
Según explica el rotativo gallego, antes de decidirse a dar este paso, Ángeles Durán se había informado a conciencia: "Existe un convenio internacional por el cual ningún país puede hacerse dueño de los planetas", explica la flamante propietaria. Pero tal acuerdo no vincula a los particulares "y hay un americano que escrituró casi todos los planetas y la luna; pero no el Sol». Un "hueco" que la avispada viguesa no ha dudado en rellenar.
"La adquisición de la propiedad referida constituye una aprehensión electromagnética y radiactiva, al no existir ni conocerse en cinco mil millones de años propietario alguno hasta la fecha", dice textualmente el documento notarial, que también la declara dueña «por usucapión, habiendo hecho de la propiedad del Sol de buena fe, de forma pacífica e ininterrumpidamente durante más de 31 años».
Cobrar por la energía del Sol
Ángeles Durán deja, también, muy claras sus intenciones. Que no son otras que las de cobrar, a partir de ahora, un canon a todo aquél que utilice la energía que emana del astro rey. Un buen pico, sin duda, que sin embargo la buena mujer está dispuesta a repartir, tal y como ha comunicado, asegura, al mismísimo Ministerio de Industria: de hecho, cedería el 50% de sus eventuales ingresos a los Presupuestos Generales del Estado; otro 20% para financiar las pensiones mínimas; un 10% más para dedicar a investigación y sanidad y otro 10% para ayudar a erradicar el hambre. Para su bolsillo quedaría el 10% restante.
Lo que no dice La Voz de Galicia es que, si la gente empieza a tomarse en serio el asunto, la buena de Ángeles podría empezar a enfrentarse a una cantidad inimaginable de demandas por daños y perjuicios provocados por el Sol. Sequías, quemaduras, cánceres de piel... la lista puede ser larga, y enormemente cara, incluso para su 10%.
Fuente: http://www.abc.es/20101126/ciencia/gallega-duena-201011260940.html
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