La Nebulosa del Collar será la 'Imagen Astronómica del Día', en el prestigioso portal de la NASA 'Astronomy Picture of the Day', del día 3 de noviembre. Un nuevo estudio de la Vía Láctea realizado desde los observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha permitido desvelar este extraordinario objeto cósmico, que podría proporcionar claves importantes para entender la evolución final de las estrellas como el Sol.
Desde que en 1785 el astrónomo británico William Herschel llamó 'nebulosas planetarias' a ciertas nubes de gas muy calientes y luminosas, los astrónomos no han dejado de asombrarse por las propiedades físicas y la belleza de estos objetos. Las nebulosas planetarias son una etapa tardía en la evolución de la mayoría de las estrellas del Universo.
Más de 200 años después de Herschel los astrofísicos siguen descubriendo nebulosas planetarias excepcionales. Es el caso de la que se ha llamado 'Nebulosa del Collar'. Ha sido descubierta y estudiada por un equipo internacional de investigadores liderados por astrónomos del IAC en el marco de un proyecto de cartografiado de la Vía Láctea desde los cielos de La Palma. Para su descubrimiento y estudio se han usado varios telescopios de los observatorios de Canarias.
Un collar de perlas
Lo que más impacta en la Nebulosa de Collar es su perfecta simetría y, en particular, el collar con doce 'perlas' brillantes de gas que aparece alrededor de la estrella central. Esas 'perlas' son condensaciones de gas excitado por el núcleo todavía caliente de la estrella y se distribuyen con sorprendente regularidad en un círculo que, visto desde la Tierra, aparece inclinado formando una elipse.
El gas en el collar fue expulsado hace unos 20.000 años a una velocidad de casi 100.000 km/h. Además, en las direcciones exactamente perpendiculares al collar se pueden observar otras condensaciones difusas de gas (rojas en la imagen) que fueron expulsadas por la estrella central a la fantástica velocidad de medio millón de km/h.
Una distribución tan simétrica, organizada y compleja del material alrededor de la estrella plantea una pregunta fundamental: ¿Por qué las estrellas, que son prácticamente esféricas a lo largo de toda su vida (como lo es el Sol hoy en día), llegan a producir nebulosas con formas tan diferentes a una esfera?
Viejas incógnitas resueltas
Ese ha sido uno de los enigmas más importantes en el estudio de las nebulosas planetarias en las últimas décadas y la Nebulosa del Collar está proporcionando pistas importantes para resolverlo.
Los investigadores han descubierto que la Nebulosa del Collar alberga en su centro no una, sino dos estrellas; ambas recorren una órbita completa, una alrededor de la otra, en solamente 1 día y 4 horas. La presencia de dos estrellas centrales aumenta la capacidad del sistema para producir fenómenos físicos muy energéticos. Por ello es más fácil y natural explicar las eyecciones de materia con esas geometrías tan complejas y, al mismo tiempo, tan simétricas.
La imagen que se presenta es del Telescopio Óptico Nórdico (NOT) del Observatorio de Roque de los Muchachos (La Palma) y muestra la emisión del Oxígeno ionizado codificada en verde, la del Nitrógeno ionizado, en rojo y la del Hidrógeno, en azul.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/11/03/ciencia/1288777592.html
Desde que en 1785 el astrónomo británico William Herschel llamó 'nebulosas planetarias' a ciertas nubes de gas muy calientes y luminosas, los astrónomos no han dejado de asombrarse por las propiedades físicas y la belleza de estos objetos. Las nebulosas planetarias son una etapa tardía en la evolución de la mayoría de las estrellas del Universo.
Más de 200 años después de Herschel los astrofísicos siguen descubriendo nebulosas planetarias excepcionales. Es el caso de la que se ha llamado 'Nebulosa del Collar'. Ha sido descubierta y estudiada por un equipo internacional de investigadores liderados por astrónomos del IAC en el marco de un proyecto de cartografiado de la Vía Láctea desde los cielos de La Palma. Para su descubrimiento y estudio se han usado varios telescopios de los observatorios de Canarias.
Un collar de perlas
Lo que más impacta en la Nebulosa de Collar es su perfecta simetría y, en particular, el collar con doce 'perlas' brillantes de gas que aparece alrededor de la estrella central. Esas 'perlas' son condensaciones de gas excitado por el núcleo todavía caliente de la estrella y se distribuyen con sorprendente regularidad en un círculo que, visto desde la Tierra, aparece inclinado formando una elipse.
El gas en el collar fue expulsado hace unos 20.000 años a una velocidad de casi 100.000 km/h. Además, en las direcciones exactamente perpendiculares al collar se pueden observar otras condensaciones difusas de gas (rojas en la imagen) que fueron expulsadas por la estrella central a la fantástica velocidad de medio millón de km/h.
Una distribución tan simétrica, organizada y compleja del material alrededor de la estrella plantea una pregunta fundamental: ¿Por qué las estrellas, que son prácticamente esféricas a lo largo de toda su vida (como lo es el Sol hoy en día), llegan a producir nebulosas con formas tan diferentes a una esfera?
Viejas incógnitas resueltas
Ese ha sido uno de los enigmas más importantes en el estudio de las nebulosas planetarias en las últimas décadas y la Nebulosa del Collar está proporcionando pistas importantes para resolverlo.
Los investigadores han descubierto que la Nebulosa del Collar alberga en su centro no una, sino dos estrellas; ambas recorren una órbita completa, una alrededor de la otra, en solamente 1 día y 4 horas. La presencia de dos estrellas centrales aumenta la capacidad del sistema para producir fenómenos físicos muy energéticos. Por ello es más fácil y natural explicar las eyecciones de materia con esas geometrías tan complejas y, al mismo tiempo, tan simétricas.
La imagen que se presenta es del Telescopio Óptico Nórdico (NOT) del Observatorio de Roque de los Muchachos (La Palma) y muestra la emisión del Oxígeno ionizado codificada en verde, la del Nitrógeno ionizado, en rojo y la del Hidrógeno, en azul.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/11/03/ciencia/1288777592.html
0 comentarios:
Publicar un comentario