Investigadores de Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) han realizado un estudio genético en el que han identificado un gen asociado a la forma Primariamente Progresiva de la Esclerosis Múltiple (EM) y asociada al sexo masculino.
Este estudio, publicado en la última edición de la revista Journal of Inmunology, aporta datos significativos sobre un gen, llamado perforina, localizado en el cromosoma 10. Se ha comprobado que este gen puede suponer un factor de riesgo en los pacientes de sexo masculino con EM. A la vez, la perforina permite estratificar por formas clínicas, de manera que algunas variantes del gen se encuentran más representadas en pacientes que suelen sufrir un subtipus de EM denominado Primariamente Progresiva.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad neurodegenerativa y crónica que afecta gravemente la movilidad del individuo produciendo una discapacidad progresiva. Constituye el trastorno neurológico más frecuente entre los jóvenes, después de la epilepsia, y sus síntomas suelen manifestarse entre los 20 y 40 años de edad. Las mujeres son dos veces más propensas a desarrollar esta enfermedad para la cual no existe ningún tratamiento curativo. Los tratamientos disponibles están dirigidos a modificar la evolución de la enfermedad y a paliar los síntomas.
“Generalmente, una de las características de la enfermedad es que cursa a brotes”, explica el Dr. Manel Comabella, principal responsable del estudio y miembro del grupo de investigación en Neuroimmunología Clínica del VHIR liderada por el Dr. Xavier Montalbán. “Los pacientes tienen un brote con afectación neurológica y posteriormente se recuperan. Esta es la forma de EM más frecuente y afecta al 80-85% de los enfermos con EM. Con el tiempo, las secuelas que van dejando estos brotes hacen que la enfermedad vaya progresando y esto varía de paciente a paciente en función del grado de afectación, gravedad, duración de los brotes que se sufren así como de su número. Hay otra forma de EM que se denomina Primariamente Progresiva, presente en un 10-15% de los pacientes y que, a diferencia de la anterior, una vez aparece va progresando desde un inicio, sin brotes, y no permite ventanas de recuperación como la otra forma de EM. Por lo tanto, estamos hablando de una forma de EM en la que hay un empeoramiento lineal de los síntomas neurodegenerativos y esto implica que es más incapacitante desde su inicio”.
El objetivo del estudio, realizado por VHIR y el Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (CEM-Cat) ha sido encontrar genes candidatos asociados a un mayor riesgo genético para la EM. Previamente, ya se habían identificado regiones en el cromosoma 10 asociadas a este mayor riesgo y este estudio concreta 3 genes: C10orf27, ADAMTS14 y la perforina.
Parece que, especialmente, la perforina tiene un papel trascendente en esta enfermedad. Se trata de un gen que da lugar a una proteína que perfora (de aquí le viene el nombre) la membrana celular, creando unos poros que permiten la entrada de moléculas dentro de la célula que inducen la muerte celular. “El hallazgo de nuestro grupo identifica un subgrupo de pacientes con un defecto en las señales de muerte celular”, explica el Dr. Comabella, “esto tiene una clara relevancia en relación a los mecanismos lesionales de la enfermedad. No supone un cambio en el tratamiento, ni una mejora inmediata para los pacientes, pero sí que ayuda a conocer y a estratificar la enfermedad”, sigue Comabella.
Este estudio ha demostrado también que hay una asociación entre estos genes y manifestaciones de la enfermedad sexodependientes. Es decir, “hemos identificado que, en el grupo de los hombres afectados de EM, había una mayor prevalencia de estos polimorfismos o pequeñas variaciones del gen de la perforina comparado con el grupo de hombres sanos, pero también era mayor en el grupo de formas Primariamente Progresivas. Se ha comprobado que este gen puede suponer un factor de riesgo en los pacientes de sexo masculino con EM, en base a la presencia aumentada de algunos alelos del gen en comparación con la población general”, concreta el Dr. Comabella. Los alelos son cada una de las diferentes formas que puede tener el mismo gen, según provenga del padre o de la madre. Estos hallazgos se han replicado en una muestra americana en la que los resultados fueron igual de consistentes.
Estratificar mejor la enfermedad permite conocer a priori el pronóstico y las diferentes formas de enfermedad y permite hacer un abordaje terapéutico más contundente desde un inicio.
Fuentes: rambler.ru; yandex.ru
Este estudio, publicado en la última edición de la revista Journal of Inmunology, aporta datos significativos sobre un gen, llamado perforina, localizado en el cromosoma 10. Se ha comprobado que este gen puede suponer un factor de riesgo en los pacientes de sexo masculino con EM. A la vez, la perforina permite estratificar por formas clínicas, de manera que algunas variantes del gen se encuentran más representadas en pacientes que suelen sufrir un subtipus de EM denominado Primariamente Progresiva.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad neurodegenerativa y crónica que afecta gravemente la movilidad del individuo produciendo una discapacidad progresiva. Constituye el trastorno neurológico más frecuente entre los jóvenes, después de la epilepsia, y sus síntomas suelen manifestarse entre los 20 y 40 años de edad. Las mujeres son dos veces más propensas a desarrollar esta enfermedad para la cual no existe ningún tratamiento curativo. Los tratamientos disponibles están dirigidos a modificar la evolución de la enfermedad y a paliar los síntomas.
“Generalmente, una de las características de la enfermedad es que cursa a brotes”, explica el Dr. Manel Comabella, principal responsable del estudio y miembro del grupo de investigación en Neuroimmunología Clínica del VHIR liderada por el Dr. Xavier Montalbán. “Los pacientes tienen un brote con afectación neurológica y posteriormente se recuperan. Esta es la forma de EM más frecuente y afecta al 80-85% de los enfermos con EM. Con el tiempo, las secuelas que van dejando estos brotes hacen que la enfermedad vaya progresando y esto varía de paciente a paciente en función del grado de afectación, gravedad, duración de los brotes que se sufren así como de su número. Hay otra forma de EM que se denomina Primariamente Progresiva, presente en un 10-15% de los pacientes y que, a diferencia de la anterior, una vez aparece va progresando desde un inicio, sin brotes, y no permite ventanas de recuperación como la otra forma de EM. Por lo tanto, estamos hablando de una forma de EM en la que hay un empeoramiento lineal de los síntomas neurodegenerativos y esto implica que es más incapacitante desde su inicio”.
El objetivo del estudio, realizado por VHIR y el Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (CEM-Cat) ha sido encontrar genes candidatos asociados a un mayor riesgo genético para la EM. Previamente, ya se habían identificado regiones en el cromosoma 10 asociadas a este mayor riesgo y este estudio concreta 3 genes: C10orf27, ADAMTS14 y la perforina.
Parece que, especialmente, la perforina tiene un papel trascendente en esta enfermedad. Se trata de un gen que da lugar a una proteína que perfora (de aquí le viene el nombre) la membrana celular, creando unos poros que permiten la entrada de moléculas dentro de la célula que inducen la muerte celular. “El hallazgo de nuestro grupo identifica un subgrupo de pacientes con un defecto en las señales de muerte celular”, explica el Dr. Comabella, “esto tiene una clara relevancia en relación a los mecanismos lesionales de la enfermedad. No supone un cambio en el tratamiento, ni una mejora inmediata para los pacientes, pero sí que ayuda a conocer y a estratificar la enfermedad”, sigue Comabella.
Este estudio ha demostrado también que hay una asociación entre estos genes y manifestaciones de la enfermedad sexodependientes. Es decir, “hemos identificado que, en el grupo de los hombres afectados de EM, había una mayor prevalencia de estos polimorfismos o pequeñas variaciones del gen de la perforina comparado con el grupo de hombres sanos, pero también era mayor en el grupo de formas Primariamente Progresivas. Se ha comprobado que este gen puede suponer un factor de riesgo en los pacientes de sexo masculino con EM, en base a la presencia aumentada de algunos alelos del gen en comparación con la población general”, concreta el Dr. Comabella. Los alelos son cada una de las diferentes formas que puede tener el mismo gen, según provenga del padre o de la madre. Estos hallazgos se han replicado en una muestra americana en la que los resultados fueron igual de consistentes.
Estratificar mejor la enfermedad permite conocer a priori el pronóstico y las diferentes formas de enfermedad y permite hacer un abordaje terapéutico más contundente desde un inicio.
Fuentes: rambler.ru; yandex.ru
0 comentarios:
Publicar un comentario