viernes, 10 de diciembre de 2010

Lugares en la Tierra en los cuales la vida no debería existir

Chorros hirviendo en el mar

Las fuentes hidrotermales se podrían definir como ‘heridas' en los fondos oceánicos. Fruto de la separación de dos placas tectónicas, son la única morada de centenares de especies, como algunos tipos de camarones, percebes y mejillones.

Vida ‘marciana' en Huelva

La bacterias que viven en el Río Tinto (Huelva) serían capaces de vivir en Marte, según demostró en julio el Centro de Astrobiología, en Madrid. Los microbios sobrevivieron a -120 grados con una radiación ultravioleta similar a la de la superficie marciana.

Microbios en la central

En 1979, un fallo eléctrico provocó una fusión parcial del núcleo de un reactor de la central atómica de Three Mile Island (EEUU). Más de 30 años después, los científicos se toparon con una próspera comunidad microbiana en el agua cercana al núcleo del reactor.

La bacteria independiente

Científicos del Instituto de Astrobiología de la NASA encontraron hace tres años una comunidad de la bacteria ‘Candidatus desulforudis' en una mina de oro surafricana. Se trataba del primer ecosistema de una sola especie descubierto en la Tierra.

Mutación

Algunas bacterias cambian de estado y se transforman en esporas para sobrevivir. Es el caso de las de la bacteria ‘Carnobacterium pleistocenium', que ‘resucitaron' en un laboratorio tras 32.000 años dormidas.

Sobrevivir al calor

La bacteria ‘Thermus aquaticus', utilizada en los laboratorios para hacer copias de fragmentos de ADN, habita en los manantiales termales del parque de Yellowstone (EEUU). La temperatura del agua está cercana a la ebullición y su acidez es extrema.

Vida sin oxígeno

Un equipo de investigadores encontró al sur de Grecia, a más de 3.000 metros de profundidad en el Mediterráneo, un animal pluricelular que vive sin oxígeno y rodeado por sulfuro de hidrógeno, un entorno considerado incompatible con la vida compleja.

Bajo 400 metros de hielo

Una comunidad de microbios dominada por la bacteria ‘Thiomicrospira arctica' ha sobrevivido 1,4 millones de años en la Antártida en un agua cuatro veces más salada que la marina, sin luz y a 10º C bajo cero.

FUENTE: Periódico digital Publico.es

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