El logro científico de la investigadora Lucy Ziurys y sus colaboradores podría hacer más fáciles, más baratas y más rápidas diversas labores industriales, para las cuales se podrían usar procesos que comenzasen con este compuesto simple, el metano, y mediante los cuales se convirtiera a éste en productos de muchas clases y más complejos y valiosos.
El gas metano se produce de manera natural al descomponerse la materia orgánica, y mucha gente lo conoce como el ingrediente principal del gas natural. También es un potente gas de efecto invernadero, más poderoso que el dióxido de carbono.
Cuando se trata de interactuar con otras moléculas el metano es inerte, lo que significa que hay que someterlo a condiciones muy extremas para conseguir que sus moléculas se enlacen con las de otras sustancias químicas.
Una manera de lograr que estas moléculas sean más reactivas es por medio de lo que se llama la inserción de metal. El metal se inserta en la molécula de metano y de ese modo lo activa, es decir que lo hace más propenso a reaccionar con otras sustancias. Así, es posible entonces usar el metano activado para elaborar, por ejemplo, metanol.
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