El Equipo de Investigación de Atapuerca ha revelado, gracias al hallazgo de varias vértebras y una pelvis, que hace medio millón de años en la sierra burgalesa vivió un hombre corpulento que sufría una grave patología locomotriz, pese a lo cual sobrevivió hasta edad avanzada.
El individuo, según el trabajo publicado en la revista científica PNAS, pertenecía a la especie 'Homo heidelbergensis', antepasada de los neandertales, y según los investigadores probablemente recibió cuidados de su grupo, lo que indicaría que ya entonces los ancianos se trataban con consideración especial.
Según explica a EL MUNDO.es Alejandro Bonmatí, del Centro UCM-ISCIII de evolución ycomportamiento humanos de Madrid, los restos se han recuperado en la Sima de los Huesos, una cavidad con 12 metros de profundidad, a lo largo de los últimos 15 años.
Allí se han encontrado restos de 28 individuos de los dos sexos y de diferentes edades, por lo que se cree que fue un lugar de enterramiento premeditado.
Con bastón para caminar
Lo primero que apareció fue la
pelvis, bautizada como Elvis, en 1996, que ha sido la más completa y menos deformada encontrada hasta ahora de esa antigüedad. Posteriormente, fueron apareciendo hasta cinco vértebras lumbares, que ahora se han asociado como parte de su columna vertebral.
El estudio revela que el individuo, de más de 45 años, sufría espondilolistesis, una patología degenerativa, en la vértebra que tenía encima del sacro. Esta malformación, que consiste en un desplazamiento de la vértebra, le obligaría a ir muy encorvado, por lo que podría haber utilizado un bastón como soporte para estar erguido.
Debido a los continuos dolores que sufriría, se cree que no podría desempeñar actividades físicas como cazar, por lo que se cree que el grupo social nómada del que formaba parte tendría una atención especial con sus mayores.
El estudio recoge también una comparativa de la columna de este anciano del Pleistoceno con las de otros individuos sin este tipo de deformidades, pero todas comparten que, como los neandertales, tenían una curvatura vertebral menos marcada que la de nuestra especie, 'Homo sapiens'. "La forma característica de sus vértebras y su pelvis demuestra que sus cuerpos estaban diseñados para minimizar el gasto de energía necesario para mantenerse erguidos", señalan los investigadores.
También han comparado el conducto pélvico del anciano con las pelvis femeninas encontradas en yacimientos de otros países. La conclusión es que las diferencias entre ambos sexos son equiparables a las actuales y, por lo tanto, las madres de hace medio millón de años debían tener similares dificultades en los partos a las que hoy se tienen.
Fuente: Periódico digital 'El mundo'. Sección ciencia.
martes 12/10/2010
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