En las próximas semanas se definirán los medios necesarios para disminuir el impacto de los turistas y se decidirá que elementos técnicos hacen falta para ello.
Desde el mes de noviembre se decidirá el régimen de visitas que tendrá la cueva, patrimonio de la humanidad desde 1985.
El consejero ha declarado que el régimen de visitas no debe provocar alerta pues antes de ser cerrada, la cueva recibía un mínimo de 5 personas al día y un máximo de 30 pues Altamira no es una cueva de uso turístico sino un patrimonio de la humanidad.
El Mundo, 09/06/10
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