Hace unos 56 millones de años tuvo lugar ese brutal episodio bautizado por los investigadores como Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM). Y si las causas siguen siendo un misterio, los científicos coinciden en que fue generado por fuertes emisiones de CO2, considerado como uno de los principales gases responsables del efecto invernadero, y que dio lugar a un brusco calentamiento climático de unos 5ºC en el lapso de 10.000 a 20.000 años.
"Estamos inyectando CO2 en la atmósfera a un ritmo unas diez veces más elevado que la media durante el PETM. Eso significa que el sistema climático debe actualmente adaptarse a perturbaciones mucho más intensas", resume uno de sus autores, Lee Kump, geólogo de la Universidad de Pennsylvania, en Estados Unidos.
En el punto más fuerte de ese episodio prehistórico, las simulaciones sugieren que entre 0,3 y 1,7 gigatoneladas de carbono invadieron la atmósfera cada año. A título comparativo, actualmente las actividades humanas emiten más de 8 gigatoneladas de carbono por año a causa de su consumo de energías fósiles (carbón, petróleo, gas, etc.).
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