Este descubrimiento, realizado por el equipo de Austin Burt (Imperial College de Londres) y Clare Rebbeck (que ahora trabaja en el Laboratorio de Cold Spring Harbor, en Estados Unidos), puede tener hondas repercusiones en la búsqueda de nuevos tratamientos para detener la propagación de enfermedades similares en otros animales.
En investigaciones anteriores, se ha constatado la transferencia mitocondrial in vitro entre células genéticamente distintas, pero es la primera vez que el fenómeno se observa en la naturaleza.
El Tumor Venéreo Transmisible Canino (o CTVT por sus siglas en inglés) es una forma muy poco común de cáncer que normalmente se transmite mediante el apareamiento, aunque también se puede propagar lamiendo, mordiendo u olisqueando las zonas afectadas por el tumor. Las células cancerosas se mueven directamente de un perro a otro, actuando como un parásito en cada animal infectado. La enfermedad se da en la mayoría de las razas caninas del mundo. Los científicos creen que el CTVT es muy similar al cáncer también transmisible pero más letal que aqueja al demonio de Tasmania australiano, que se encuentra en peligro de extinción.
En un estudio anterior, los científicos del Imperial College de Londres estimaron que el primer tumor CTVT se originó en un antiguo perro o lobo hace aproximadamente 10.000 años, tal vez cuando los perros comenzaron a ser domesticados. Los nuevos resultados sugieren que este raro tipo de cáncer debe haber desarrollado la inusual capacidad de capturar las mitocondrias del animal invadido.
Fuentes:
http://www.ecuadorciencia.org/noticias.asp?id=10447&fc=20110404
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